miércoles, 11 de agosto de 2010

ARBOL DE LA BUENA ONDA

Vaya a
caminar. Sonría a su
hijo. Haga su álbum familiar. Cuente
las estrellas. Mime a los que ama. Llame
a sus amigos por teléfono. Dígale a alguien
“te quiero mucho”. Hable con Dios. Sea un niño
por una vez. Salte la cuerda. Borre la palabra “rencor”.
Diga que sí. Ríase. Lea un buen libro. Pida ayuda, corra. Cumpla
sus promesas. Cante alguna canción. Anote los cumpleaños. Ayude
a un enfermo. Salte para divertirse. Cambie un peinado. Sea voluntario.
Piense. Devuelva un favor. Termine un proyecto. Rompe un hábito. Dese
un baño de espuma. Haga una lista de las cosas que hace bien. Relájese.
Exprese lo suyo. Tratase como un amigo. Escriba un poema bello. Visite
a un hermano. Sueñe despierto. Apague ya el televisor y hable. Permítase
equivocarse. Devuelva una amabilidad. Escuche a los grillos. Agradezca a
Dios por el sol. Acepte un cumplido. Perdónese. Deje que alguien lo cuide.
Muestre su felicidad. Aprenda algo que siempre deseo. Tóquese la punta de
los pies. Mire una flor con atención. No diga “no puedo” por un día. Cante
en la ducha. Viva cada minuto de la mano de dios. Empiece una tradición
familiar. Haga un picnic adentro. Por hoy no se preocupe. Practique
el coraje de las pequeñas cosas. Ayude a una anciana del barrio.
Aliente a su niño. Mire fotos viejas. Escuche a un amigo.
Imágenes las olas de las playas. Juegue con su mascota.
Permítase brillar. Dese una palmada en la espalda.
Grite por su equipo favorito. Pinte
un cuadro. Salude a
un nuevo vecino.
Haga un pequeño
cambio. Delegue
tareas. Hágale
sentirse
bienvenido a
alguien. Permita
que alguien lo ayude.
Sepa que no está solo. Hágase un regalo.

Aunque no lo tengamos siempre presente, hay un montón de
pequeñas cosas que pueden hacerse para mejorar cada día.

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